domingo, 7 de diciembre de 2008

Una parabola impactante.

Lucas 10,25-37. El Buen Samaritano (Leer con calma)

En esta parábola, Jesús nos hace ver que en ocasiones, los funcionarios de la religión, no saben amar. Es un samaritano, un hereje quien cumple de verdad con la ley de Dios, " Amarás a Dios y a tú prójimo", lo podemos encontrar en el Antiguo Testamento: Ex 20,12; Lev 19,18; Dt 6,5; también en los profetas; Jeremias, Isaías, Ezequiel. No podemos agradar a Dios sin amar a nuestro prójimo, esta es la base de la moral cristiana.

El Sacerdote y el Levita, pasan de largo:
¿Para no contaminarse?
¿Porque llevaban prisa?
¿Porque no querian complicarse la vida?

Les faltó compasión, lo que sí tuvo el Samaritano.
¿Y quienes eran los Samaritanos?

Samaria fué Capital del Reino del Norte de Israel. Grandes profetas como Elias, Oseas y otros vivieron y predicaron allí. En el año 721 AC cae bajo el Rey Sargón de Asiria, quien deportó a muchisimos isaraelitas y en su lugar trajo colonos y personas de Babilonia y otros pueblos paganos. Estos se mezclaron con la poca población Judia existente en el lugar. Se dió una fusión de poblacion, costumbres y sobre todo de espiritualidad y religión, perdiéndose la pureza del judaismo. En el año 332 AC Alejandro Magno conquistó Samaria y trajo a muchos sirios y macedonios que se unen a la población ya existente. Los samaritanos de aquel tiempo aceptaban el Pentateuco, pero tenian influencias de otras religiones. Construyeron un Templo en un Monte que creían Santo, Gerizim. Los judíos consideraban a los samaritanos impuros y herejes y sentian una gran antipatia hacia ellos.

Sin embargo el samaritano de la parábola, actuó como un verdadero Hijo de la Luz, con el hombre mal herido. Dice el Señor, que se le acercó, es decir se hizo próximo, curó las heridas con aceite y vino, lo ungió y le dió un masaje, le prestó su caballo, lo llevó a la posada, lo cuidó, empleando su tiempo y esfuerzo, y además ofreció su dinero al mesonero por los gastos que ocasionara. ¡Que gran hombre! Su amor no fué teorico, sino práctico y activo.

El Señor en esta parábola nos anima a combatir el egoísmo de quienes solamente aman a los suyos por conveniencia, pero no reconocen como prójimo al extranjero, al hombre de color, al de otro credo, etc. Jesús les dirá a los judíos que incluso hay que amar a los enemigos (Mt 5,43-44)

Sembrando el bien, venceremos al mal. Todo el saber cristiano y teológico no sirve de nada, si el amor a Dios y al prójimo no determina la conducta de nuestra vida.

¿Que debemos hacer?

Lo que hizo el samaritano, amor activo hacia los desfavorecidos, como le dijo el Señor al doctor de la Ley: Vete y haz tú lo mismo.

Bendiciones.

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